La biodiversidad mexicana tiene muchas caras, pero pocas tan icónicas como la del ajolote. Este anfibio, endémico del Valle de México, se ha convertido en un símbolo nacional. Su representación es la de la regeneración y la supervivencia en un hábitat que ha sufrido las inclemencias del tiempo desde hace siglos.El ajolote (Ambystoma mexicanu), que también es conocido como “monstruo acuático”, es un anfibio perteneciente a la especie de las salamandras. Se distingue por conservar sus rasgos larvales durante su vida adulta, condición llamada neotenia. En otras palabras, este pequeño animal mantiene su aleta dorsal de renacuajo a lo largo de toda su vida.
Una ciudad se erige cada año en los vestigios de un lago en el desierto en Nevada. Unos días después desaparece sin dejar rastro. Un habitante fugaz en el festival Burning Man a finales de agosto será un ajolote, el coloso dios mexica, cuando Ricardo Martínez Herrera Riikc elabore una estructura luminosa de 6 metros de largo.Riikc llevará la pieza Axolotl: A Spirit Guide, escultura luminiscente que, al igual que la deidad azteca del fuego, es un guía espiritual de los muertos. Durante el día, el enorme animal de aluminio subsistirá sobre la tierra árida, como una criatura mexicana que se arrastra por el desierto. Por la noche, sus branquias y aleta dorsal cobrarán vida con luces de colores hechas con 30 mil cables de fibra óptica, que reaccionarán a los sonidos del entorno.
Animalia es el tema elegido para Burning Man 2023, donde bestias míticas poblarán el campamento. Un unicornio con piel de alebrije, peces brillantes, un bisonte con una casa en el torso, un gong con forma de dragón o un elefante volador son algunos de los seres fantásticos en instalaciones de arte.
El festival culmina con la quema de una gigantesca escultura de madera con forma de hombre. Empezó en 1986 como una ceremonia en Baker Beach, en San Francisco. En 1991 se trasladó hasta el desierto de Black Rock, a unos 160 kilómetros al norte de la ciudad de Reno, en Estados Unidos. En el siglo XIX miles de hombres blancos cruzaron esta región árida, de cañones escarpados, en la fiebre por ir a buscar oro en California.Ahora, es una reserva natural que recibe a los trashumantes que en vestimentas estrafalarias y futuristas disfrutan de música electrónica, con vehículos alegóricos con llamativas figuras y enormes instalaciones de arte. Loca, extraña, asombrosa, horripilante o extrema son algunos de los adjetivos alrededor del encuentro.
No dejar rastro humano y no hacer uso de dinero dentro del área de la ciudad efímera son preceptos fundamentales, como parte de un decálogo que rige la vida dentro de los 4.5 kilómetros cuadrados que delimitan el encuentro.Entre el 27 de agosto y el 4 de septiembre miles de personas se reunirán para crear la ciudad de Black Rock, una metrópoli temporal dedicada a la comunidad, arte, expresión personal y autosuficiencia, se explica en la página de Burning Man.
Actualmente residente en Bruselas, Bélgica, Ricardo Martínez viajó desde junio a Las Vegas para construir ahí la escultura con tubos de aluminio y transportarla al desierto. En entrevista, el artista cuenta que cuando decidió aplicar en Burning Man, no sé si fue instinto mexicano, lo primero que se me vino a la mente fue un ajolote. Está en peligro de extinción, en la cautividad puede sobrevivir muy bien, aunque opina que le va un poco de la fregada, porque está bien contaminado Xochimilco, una de las áreas donde aún habita el peculiar animal.
El ajolote es un anfibio endémico de México que hace todo su ciclo de vida en el agua. Esta especie de salamandra es sorprendente por su capacidad de regenerar órganos, como el corazón y el cerebro, así como las extremidades. En la cultura mexica está relacionado con el dios Xólotl, hermano de Quetzalcóatl que huyó del sacrificio para crear el universo; después de transformase múltiples veces, fue atrapado cuando estaba en el agua. Finalmente, su vida culminó en un ritual, y con su primera gota de sangre los astros empezaron a moverse.
Riikc
Riikc es una especie sobreviviente y trashumante. Desde niño se mudaba con frecuencia debido al trabajo de su padre, quien era ingeniero contratista. Desde su natal Salamanca, en Guanajuato, vivió en el Caribe y en el norte del país. Ha transitado por Canadá y luego se asentó en Bélgica, después de hacer ahí sus estudios de maestría en la Real Academia de las Bellas Artes en Bruselas.
En mis ideas de arte siempre he querido usar la anatomía o las ciencias como la geometría. Quiero hacer arte que no sólo sea figurativo, sino proponer arte que haga pensar en especies en peligro de extinción o especies invasivas.En su trayectoria ha combinado técnicas escultóricas tradicionales con métodos experimentales, donde fusiona las bellas artes con sectores tecnológicos. Me gusta el contraste entre el mundo viejo y el nuevo, con técnicas ancestrales y la impresión 3D, por ejemplo. Jugar con esos dos opuestos y encontrar un balance entre ellos.