Rafael Marín Mollinedo es el político quintanaroonse mejor ubicado en el gabinete de Claudia Sheinbaum y tiene una posición clave en este momento crucial de las relaciones comerciales de nuestro país con Estados Unidos. Desde la dirección general de la Agencia Nacional de Aduanas tiene la responsabilidad no solo de combatir el contrabando, que significa millonarias pérdidas para la economía nacional, sino de evitar que ingresen, sobre todo por los puertos del Pacífico, las substancias y los precursores químicos que se utilizan para la fabricación de fentanilo, que es uno de los argumentos de Trump para la imposición de aranceles a los productos mexicanos.
En él ha depositado la presidenta Claudia Sheinbaum la enorme responsabilidad de aumentar la recaudación fiscal mediante el combate al contrabando, y de que no ingresen al país productos que van a dar a los laboratorios clandestinos de los carteles. El combate al “huachicol”, que significa una sangría para el país, es otra de las tareas que le han encomendado. La tarea no es fácil. Pero el trabajo coordinado con el Ejército, la Marina y la secretaría de seguridad pública están dando resultados, a pesar de los enormes intereses económicos e incluso políticos que se mueven en esos terrenos a veces pantanosos. Toda la atención de Marín Mollinedo está centrada en estas delicadas responsabilidades encomendadas por la Presidenta, que son de alta relevancia para el país, sobre todo en este momento.
Escrito por Jorge González Durán / CAMBIO22