Inaugura AMLO Centro Turístico Islas Marías

by Liz Morales

La cárcel de las Islas Marías, en el océano Pacífico, fue por más de un siglo uno de los lugares más temidos en el imaginario de los mexicanos. En el tiempo que operó, entre 1905 y 2019, albergó unos 45.000 presos. La historia del archipiélago de Islas Marías va más allá de la cruenta prisión que por más de un siglo (1905-2019) retuvo entre sus muros de agua a miles de presos.

La prisión se estableció en María Madre, la más grande de las cuatro hermosas islas de un archipiélago en donde abunda la vida silvestre. A pesar de lo temida que era, en distintas etapas de su existencia «la cárcel tuvo distintos grados de represión y reos de distinta peligrosidad», explica Diego Pulido Esteva, historiador del Colegio de México. En la isla también hubo mujeres reclusas, aunque siempre el número fue mucho menor al de los hombres.

Al principio llegaron personas que habían cometido delitos reincidentes, como robo, circulación de moneda falsa o la «vagancia», cuenta Pulido, autor del libro «Las Islas Marías: historia de una colonia penal» que estudia las primeras décadas de su existencia.

Dice que en ese tiempo los reclusos eran el resultado «más de prácticas policiales que judiciales: muchas veces se les enviaba ahí sin mediar sentencia. Por ejemplo, en 1931, de 803 colonos, solo 39 tenían condena judicial, los demás habían sido remitidos de mantera arbitraria».

Este terreno natural, que ha sido desde escondite y cuartel de bucaneros hasta bastión para la explotación de maderas finas, ayer 16 diciembre inició un nuevo capítulo: su apertura como centro turístico, donde se impulsarán la cultura, la conexión con la naturaleza, la protección de la biosfera y el turismo responsable.

Anoche se inició esta nueva etapa con un primer huésped, el presidente Andrés Manuel López Obrador, que estuvo acompañado por su esposa, Beatriz Gutiérrez, y algunos integrantes de su equipo de trabajo. El mandatario inauguró el complejo llamado Muros de Agua José Revueltas, en honor al luchador social comunista y a quien el oficialismo apresó en dos ocasiones (entre 1932 y 1935) en la antigua prisión, uno de los lugares más temidos en el imaginario de los mexicanos.

Cuatro horas navegaron López Obrador y sus acompañantes por un Pacífico picado para recorrer los 133 kilómetros que separan los puertos de San Blas y Balleto –la entrada de la llamada Isla María Madre– donde por décadas desembarcaron los miles de presos y que hoy recibirá los ferris con decenas de visitantes.

Estamos muy contentos de estar aquí, aquí vamos a descansar. Imagínense la dicha enorme de descansar, dormir y amanecer en este paraíso que antes llegó a ser como un infierno, pero ahora de nuevo es la gloria, señaló el jefe del Ejecutivo al cerrar su discurso de inauguración.

La historia del archipiélago de Islas Marías va más allá de la cruenta prisión que por más de un siglo (1905-2019) retuvo entre sus muros de agua a miles de presos.

Este terreno natural, que ha sido desde escondite y cuartel de bucaneros hasta bastión para la explotación de maderas finas, ayer inició un nuevo capítulo: su apertura como centro turístico, donde se impulsarán la cultura, la conexión con la naturaleza, la protección de la biosfera y el turismo responsable.

Anoche se inició esta nueva etapa con un primer huésped, el presidente Andrés Manuel López Obrador, que estuvo acompañado por su esposa, Beatriz Gutiérrez, y algunos integrantes de su equipo de trabajo. El mandatario inauguró el complejo llamado Muros de Agua José Revueltas, en honor al luchador social comunista y a quien el oficialismo apresó en dos ocasiones (entre 1932 y 1935) en la antigua prisión, uno de los lugares más temidos en el imaginario de los mexicanos.

Cuatro horas navegaron López Obrador y sus acompañantes por un Pacífico picado para recorrer los 133 kilómetros que separan los puertos de San Blas y Balleto la entrada de la llamada Isla María Madre– donde por décadas desembarcaron los miles de presos y que hoy recibirá los ferris con decenas de visitantes.

Estamos muy contentos de estar aquí, aquí vamos a descansar. Imagínense la dicha enorme de descansar, dormir y amanecer en este paraíso que antes llegó a ser como un infierno, pero ahora de nuevo es la gloria, señaló el jefe del Ejecutivo al cerrar su discurso de inauguración.

Y en efecto, la prisión en la isla atrapaba una gran paradoja: la mayoría de los presos estaban en entera libertad: podían ver el sol, el cielo y la naturaleza, pero sobre todo contemplar el horizonte, lo que sin duda representaba el castigo más cruel.

La Semar, encargada

El proyecto está a cargo de la Secretaría de Marina y se espera recibir corridas semanales con una estancia de tres días y dos noches con precios que van de 5 mil a 8 mil pesos por persona. Además de San Blas, los visitantes podrán embarcarse de Mazatlán, a 170 kilómetros de distancia, y a partir de noviembre de 2023 de Boca Chila, a 144 kilómetros.

El cerco de agua se ha convertido en espacio para la recreación y el contacto con la naturaleza, pues hay 26 especies, algunas de ellas endémicas del archipiélago. Para conocer parte de la historia del lugar se cuenta con un museo de sitio, casa de información para los visitantes y diversos recorridos por lugares que eran parte del entorno de los colonos (prisioneros), como la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, el cementerio –cuya tumba más antigua data de 1810 y donde descansan muchos presos– y el Cristo Rey, de 18 metros de altura, que se erige sobre la cima de uno de los cerros de la ínsula.

Este nuevo producto turístico se ubica al nivel de otras islas, como Robben en Sudáfrica, donde Nelson Mandela estuvo confinado en represalia a su lucha por la libertad, igualdad y la paz. También de Alcatraz, prisión de máxima seguridad en San Francisco, California, que mantuvo recluidos a criminales de la talla de Al Capone, y la del Diablo en la Guyana Francesa, donde se encontraba encarcelado Henri Charrière, alias Papillon, que actualmente recibe visitas guiadas, refirió el secretario de Turismo, Miguel Torruco, que acompañó al mandatario en la inauguración, en la que también estuvieron el titular de Marina, José Rafael Ojeda, y los gobernadores de Sinaloa, Rubén Rocha, y de Nayarit, Miguel Ángel Navarro.

Ubicadas a kilómetros de las costas de Nayarit y Sinaloa, en el Pacífico mexicano, los primeros reportes de estas islas datan del inicio de la Colonia. En marzo de 1532, con una expedición de Pedro de Guzmán, estos territorios se incorporaron a los dominios Españoles. El archipiélago está integrado por tres islas: María Madre, María Magdalena y María Cleofas, así como por un islote llamado San Juanito.

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