El órgano rector de la natación mundial, la FINA, votó a favor de excluir a las mujeres transgénero de las competencias femeninas de élite si han experimentado cualquier parte de la pubertad masculina, en una decisión trascendental que la diferencia de la mayoría de los deportes olímpicos.
La decisión, aprobada por el 71% de los votos de 152 federaciones nacionales en los campeonatos mundiales de Budapest, es consecuencia de un informe de un panel científico de la FINA en el que se concluía que las mujeres trans conservaban una ventaja significativa con respecto a las nadadoras cisgénero incluso después de haber reducido sus niveles de testosterona mediante medicamentos.
En un nuevo documento reglamentario de 34 páginas, la FINA indicó que las atletas transgénero que cambian de sexo masculino a femenino solo podrán competir ahora en la categoría femenina “siempre y cuando no hayan experimentado ninguna etapa de la pubertad masculina más allá del estadio 2 de Tanner (que marca el inicio del desarrollo físico), o antes de los 12 años, lo que ocurra más tarde”.
Al comentar sobre esta política, el presidente de la FINA, Husain al-Musallam, señaló: “Tenemos que proteger los derechos de nuestros atletas respecto a la competencia, pero también tenemos que proteger la justicia competitiva en nuestros eventos, particularmente la categoría femenina en las competencias de la FINA”.
La FINA se comprometió a crear un grupo de trabajo para establecer una categoría “abierta” para las mujeres trans en algunos eventos, como parte de su nueva política.
“La FINA siempre dará la bienvenida a todos los atletas”, añadió Musallam. “La creación de una categoría abierta significará que todos tendrán la oportunidad de competir a un nivel de élite. Esto es algo que no se ha hecho anteriormente, así que la FINA tendrá que marcar el camino”.
La votación convierte a la natación en el segundo órgano rector de los Juegos Olímpicos, después de la Copa del Mundo de Rugby en 2020, en introducir una prohibición por motivos científicos. La mayoría de los demás deportes han recurrido a los límites de testosterona como base para permitir que las mujeres trans compitan en la categoría femenina, una postura que ha promovido la inclusión aunque ha sido criticada por cuestiones de injusticia.
Se ha generado un amplio descontento en este deporte después de que Lia Thomas, que fue una moderada nadadora universitaria como competidora masculina, pudiera ganar este año un título nacional a nivel universitario de la NCAA en Estados Unidos. Otros han argumentado que Thomas es una pionera cuyo éxito e identidad deberían ser celebrados, no restringidos. No obstante, esta votación significa que Thomas ya no podrá competir en la categoría femenina en los Juegos Olímpicos de París, como estaba planeado.
La exnadadora británica Sharron Davies aplaudió la noticia, publicando en Twitter: “No puedo decir cuán orgullosa estoy de mi deporte, de la FINA y del presidente de la FINA por practicar la ciencia, consultar a los atletas/entrenadores y defender el deporte justo para las mujeres. La natación siempre recibirá a todos, sin importar cómo se identifiquen, pero la justicia es la base del deporte“.
Karen Pickering, otra exnadadora internacional de Gran Bretaña, añadió: “Estuve en el congreso de la FINA durante la presentación, el debate y la votación, y puedo dar fe de la atención y la empatía mostradas hacia los atletas que ahora no podrán competir en la categoría a la que pueda corresponder su identificación de género… pero se debe proteger la justicia competitiva de la categoría femenina”.