En 1968 un grupo de saqueadores tuvo acceso a un enorme mascarón de un edificio maya ubicado en Campeche y cortó un gran pedazo de él que dividió en 48 secciones para guardarlas en cajas de madera y ofrecerlas al Museo Metropolitano (MET) de Nueva York, donde esperaba obtener una gran ganancia, pero el MET no lo compró y notificó a México sobre la pieza.
Investigadores descubrieron que los fragmentos fueron cubiertos con polímeros para ser transportados en una avioneta y así ser comercializados como una sola pieza en Estados Unidos, pero la venta no fue concretada y uno de los saqueadores tuvo que ceder y regresar el relieve a México.
El friso Placeres es una pieza del periodo Clásico Maya, probablemente construida en el año 400 de Nuestra Era, que proviene de la región con el mismo nombre, ubicada en el sur de Campeche, y que pertenecía a la fachada de un edificio mucho más grande, de la cual los saqueadores sólo pudieron obtener una parte.Del objeto destaca el rostro de un ancestro divinizado, que está flanqueado por dos ancianos que al parecer le comparten sabiduría o símbolos de fertilidad, agua o abundancia.
También es posible apreciar el llamado monstruo o pez Xook y el lagarto o monstruo Imix.Tras la repatriación del objeto a finales de los 60, el proceso de restauración no culminó y fue hasta hace más de cuatro años que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) retomó los trabajos en el friso.Especialistas del INAH, de la UNAM y otras instituciones encargadas de la restauración de la pieza, tuvieron que descifrar su aspecto original y tratar de unir los fragmentos sin causar más daño del que ya habían ocasionado los saqueadores con el corte y la colocación de los polímetros.Los especialistas tardaron años en tratar de igualar los colores y la apariencia original de la pieza, que será exhibida en la Sala Maya del Museo Nacional de Antropología.