En Argentina una mujer policía se defendió a tiros cuando dos hombres intentaron asaltarla mientras caminaba por la calle en Quilmes. Como resultado de los disparos, uno de los delincuentes fue herido y detenido más tarde cuando acudió al hospital para ser atendido. El otro asaltante fue capturado en otro centro médico del sur de Buenos Aires.
La escena fue captada por una cámara de seguridad, cuando el incidente ocurrió era de día, a las 15:00 del miércoles en las calles General Savio y Bradley, en Quilmes Oeste. En las imágenes se ve a una mujer cruzando la calle cuando una moto con dos delincuentes se detiene para intentar robarle.
La polícia que le disparó a los asaltantes en Argentina, actuó en legítima defensa
La víctima sacó su arma reglamentaria y disparó tres veces contra los ladrones, logrando evitar el robo, en el video se escucha «¡Hijo de puta! ¡Tomatelá!» mientras los delincuentes huyen, minutos más tarde un un vecino de la zona le pregunta a la mujer qué le pasó. Los motociclistas escaparon a toda velocidad y horas más tarde, uno de ellos, de 18 años, ingresó al hospital para que le curaran las heridas de bala en el pie y la axila, siendo detenido en ese momento.
Según en medio argentino Info Quilmes, el otro asaltante, de 19 años, llegó herido en el brazo al hospital de Almirante Brown, quedando bajo custodia policial. La fiscal del caso determinó que la oficial actuó en legítima defensa y no tomó acciones en su contra, por esta razón la mujer ha sido aplaudida en redes sociales, reprobando a los delincuentes.
¿En México puedes disparar en legítima defensa?
El artículo 15, fracción IV, del Código Penal Federal establece que la legítima defensa es una causa de justificación excluyente de responsabilidad penal cuando se actúa en defensa propia, de otra persona o de bienes propios o ajenos, siempre que se cumplan los requisitos mencionados anteriormente.
En México, la legítima defensa está regulada por el Código Penal Federal y los códigos penales de los estados. Según estas leyes, una persona puede utilizar la fuerza, incluso fuerza letal, en legítima defensa bajo ciertas condiciones, como una amenaza real, actual e inminente de daño o agresión. No se puede alegar legítima defensa contra una amenaza hipotética o futura.