Las muñecas realistas han evolucionado desde 1995 y los más recientes modelos tienen mejorías significativas por encima de las de hace algunos años. El éxito de las RealDolls ha llevado a otros a tratar de entrar al mercado de muñecas de alta calidad, normalmente usando materiales nuevos como la silicona médica o TPE, compuesta de elastómeros termoplásticos, de gran resistencia y elasticidad.
Leiza, Lily y Aki ellas eran las muñecas que ofertaba un burdel “diferente” de Barcelona contaban con cavidad vaginal, anal y oral para acercarse al máximo a una experiencia real. Tras cada servicio, eran desinfectadas a fondo, Katy es Europea, y con su 1,70 cm de estatura es la más alta de sus compañeras. Leiza, Africana, mide 1,68 cm, mientras la Asiática Lily roza el 1,61. Todas ellas, junto con Aki, cuyo aspecto es similar a los personajes de anime japonés, compartían una característica que las hace únicas: no son personas, sino seres inertes con rasgos hiperrealistas que ya forman parte del primer prostíbulo de muñecas de España. Y no, no son inflables, sino muñecas de silicona.
Las tarifas con cada una de ellas variaban, pero por ejemplo, una hora cuesta 120 euros, dos, 170 precios asequibles para casi todo el mundo. Su aspecto copiaba de manera bastante exacta la anatomía femenina, también las dimensiones. Los lubricantes (de un único uso) son imprescindibles, así como la utilización de preservativos, a pesar de que la empresa se encargaba de “desinfectarlas con jabones especiales antibacterias” después de cada uso.
Según su publicidad, ofrecían los mismos servicios que se pueden encontrar en cualquier prostíbulo real y promete “cumplir” las fantasías “sin ningún límite. “Estas SexDolls harán la experiencia más placentera, excitante y erótica”. Y con el objetivo de hacer realidad los sueños de los clientes, la ambientación y la vestimenta serán opcionales. Es más, Lumidolls escuchará las preferencias de todos ellos: “Puedes decirnos cómo prefieres encontrarla, qué tipo de ropa quieres que lleve, en qué situación… “.
En su momento, el catálogo contaba con cuatro muñecas de diferentes nacionalidades. La ficha de Katy la presenta como “atractiva, sensual y sexy” y con “un realismo difícilmente igualable al de cualquier otra LumiDoll”. Mientras que Leiza es descrita como “la perfecta sumisa” y “una diosa de ébano hecha muñeca”.
Este tipo de consumo sexual encuentra sus raíces en Japón, el principal productor de estos productos. Cuenta, concretamente, con una de las industrias pornográficas y de juguetes eróticos más imponentes del mundo. Y allí, pueden alcanzar incluso los 6.000 euros. Se trata de una industria en alza. La fiebre es tal que hace unos meses una empresa Japonesa aseguraba haber alcanzado el siguiente nivel de realismo, de manera que quien tuviera una “no querría una novia de verdad nunca más”.