¡Jorge Portilla Mánica se la rifó! Dio un discurso emocionante y sin desperdicio durante la Sesión Pública de Cabildo en Tulum para conmemorar el 14 aniversario de su creación como el noveno municipio de Quintana Roo.
El Secretario General del Ayuntamiento compartió un histórico mensaje, iniciando con la oda del poeta Ramón Iván Suarez Caamal, autor del himno a Quintana Roo, cuando -dijo- por vez primera se conmueve de la belleza de Zamá, nuestra zona arqueológica.
«Tulum: Donde el mar y la roca ensayan a quererse en su violento amor de entregas y rechazos…»
Ante los tulumnenses reunidos se rindió un homenaje a todos los hombres y mujeres que tomaron la iniciativa de convertir esta demarcación en municipio; para ellos nuestro sincero agradecimiento. Y ahí recordó la visión que animaba a los diputados de la Décimo Segunda Legislatura, quienes valoraban el potencial de nuestro pequeño pueblo; «su propósito fundamental era brindarnos la autonomía necesaria para decidir nuestro destino manifiesto»
«En ese tiempo ellos referían que nuestra zona arqueológica recibía más de un millón de turistas, y por tanto era necesario que los tulumnenses contáramos con las herramientas institucionales para fomentar las actividades económicas relacionadas con el turismo».
«En tanto, nosotros anticipábamos que por la vía de la municipalidad podríamos generar las condiciones para el desarrollo de las comunidades y el bienestar de nuestro pueblo, así como aprovechar el potencial que la naturaleza nos brindó para ser el lugar con mayor progreso en la nación». Catorce años después podemos afirmar que ambas visiones se han logrado.
«Habíamos conseguido la autonomía para construir el futuro bajo el régimen de municipio. Posteriormente, previa rendición de protesta ante el Congreso del Estado por parte del presidente, sindico y regidores, se instaló el Concejo Municipal el 29 de mayo», apuntó.
Jorge Portilla subrayó como la lucha de los tulumnenses y sus aliados rindió frutos con la creación del noveno municipio; ellos gestaron con valentía un espacio de hombres y mujeres libres, dueños de su presente y porvenir». El parto de Tulum, en la cuna de la civilización maya, dio lugar a un espacio físico donde convergen todas las culturas, un crisol en el cual se amalgaman visiones libertarias y humanistas.
Este hito en la historia contemporánea, nos brindó la mayoría de edad para forjar nuestro destino, y desde ese momento adquirimos la consciencia de que en nosotros está el perseguir lo imposible, porque ese es el poder de la voluntad del ser humano.
Con fuerza Portilla Mánica aseguró que hoy Tulum vive un acelerado crecimiento poblacional y económico; es el municipio más dinámico de Quintana Roo, el eje del desarrollo del estado. Recibimos poco más de un millón doscientos mil turistas al año, con la mayor estadía promedio en la zona.
«De ser la imagen emblemática de la Riviera Maya pasamos a ser el destino predilecto en el mercado turístico internacional. Los retos del día a día son crecientes y los que plantea el porvenir, aún mayores. El crecimiento urbano y económico demandan un mayor compromiso para atender el desarrollo sustentable y una justa distribución de la riqueza. Todo está por hacerse y en constante evolución».
Con emoción Jorge Portilla recordó que en sus años de juventud aprovechaba los periodos vacacionales para trabajar en las empresas que mis padres fundaron en este paraíso; «guardo en mi memoria innumerables anécdotas de esa época en la que la Cancha Maya era el centro vital de nuestro pequeño pueblo».
Las celebraciones de la Fiesta Maya a las que acudían gremios de todos los centros ceremoniales, que en peregrinación caminaban por brechas en la selva, o por la carretera de terracería.
Acudían a festejar con sus hermanos en el centro ceremonial el inicio de una nueva siembra, de un nuevo ciclo de vida, a compartir el mata’n y disfrutar la vaquería y el baxa toro. Seguramente ustedes recuerdan que el pozo de la Cancha Maya era el que abastecía de agua a los pocos habitantes de esa época.
«Tenemos tantas vivencias de aquellos tiempos que no alcanza un día para contarlas, pero tenemos que transmitirlas a nuestros hijos para que aprecien la evolución de nuestro querido pueblo».
El Tulum de aquellos años se sostenía con la ganadería, la pesca y con la producción de copra, así como goma de chicle, los cuales se intercambiaban en el rústico muelle por mercancías que traía un pequeño barco. Qué tiempos aquellos en los que la felicidad penetraba por las rendijas del caserío, opacando las carencias.
El nacimiento de Tulum es ancestral, estamos en deuda con la civilización que aportó a la humanidad el conocimiento del concepto del cero e innumerables contribuciones a la astronomía, y el principal atractivo de nuestra tierra: los vestigios arqueológicos.
Festejar y reconocernos como integrantes de una comunidad enriquecida por la migración, es reafirmar nuestra voluntad de perseguir un ideal para que todos llevemos una vida digna y feliz, en una comunidad de gente buena y generosa.
A las nuevas generaciones tenemos que enseñarles que con esfuerzo y tesón se sale adelante, pero tenemos que crear las condiciones para que se desarrollen integralmente y contribuyan con su saber y capacidad productiva a construir una mejor sociedad.
Somos protagonistas de nuestra historia, vamos todos a escribirla bien y para bien de todos, apuntó.
Jorge Portilla cerró su emotivo discurso así: «Celebremos la vida en nuestro paraíso, festejemos el régimen municipal comprometiéndonos a velar porque se preserve la riqueza natural de nuestra tierra, que es fuente de la que emana la prosperidad y el progreso. Nuestras venas de vida son los ríos subterráneos, el Sac Actún y Ox Bel-Ha, que, en convergencia con el Mar Caribe, sostienen a nuestro pueblo en acto permanente de generosidad»
Nuestro sincero reconocimiento a los antiguos habitantes de la Cancha Maya, pioneros de este asentamiento transformado hoy en destino turístico de excelencia internacional.
Por ti Tulum mi devoción y esperanza en un mejor futuro para todos.
¡Tulum late y late fuerte! Es el corazón generoso de esta tierra maravillosa llamada Quintana Roo, expresó