Exprimen como naranja para jugo al Municipio de Campeche. Lucran con fumigaciones en Escuelas y colonias.
Francisco Daniel Barreda Puga Pavón, además de ser dirigente de Movimiento Ciudadano en Campeche y también es dueño del Corporativo B&P S. DE RL de C.V., empresa que parece estar recibiendo millonarios contratos por parte de la alcaldesa Biby Rabelo, supuestamente para realizar trabajos de fumigación en zonas estratégicas del municipio donde han perdido preferencias electorales.
Esta es la cotización -que circula en redes sociales- que el Corporativo B&P S. DE RL de C.V. le envía a Carlos Emmanuel Rosado Zetina, director de Administración del Ayuntamiento de Campeche. Es titulada ANEXO “B” PROPUESTA ECONÓMICA, por un costo de 4 millones 882 mil 672 pesos.
La millonaria cotización presuntamente contempla la aplicación de herbicidas en áreas verdes, lotes, camellones, jardineras en banquetas y fraccionamientos en el municipio de Campeche.
La empresa del dirigente de MOCI, y amigo íntimo del prófugo Eliseo “N”, pone como domicilio la Calle 63 #671-A entre calle 84 y 86, del Fraccionamiento Los Almendros, en Mérida, Yucatán. Al hacer un escaneo digital, en esta dirección no hay nada que indique la existencia de oficinas de la supuesta empresa.
En semanas pasadas, la alcaldesa y amiga de Daniel Barreda, emprendió una intensa campaña de golpeteo político en redes sociales en contra del gobierno del Estado, con el pretexto de fumigar escuelas y colonias. EL supuesto interés por la salud de los campechanos no es más que una simulación, para llenarle de dinero las bolsas a la empresa del dirigente estatal de Movimiento Ciudadano.
Se trata de una clara muestra de cómo la mafia naranja hace negocios con el ayuntamiento, con las empresas de Daniel Barreda y sus amigos, con el nuevo rico Paul Arce (hoy señalado como líder de la banda de “Los Factureros”) tras el desvío de 25 millones de pesos del Smapac, además de otros negocios con Pedro Alvarado (Pixoy) y demás vampiros del presupuesto, a los que Biby Rabelo les autoriza cualquier cantidad de pagos y compras, mientras los campechanos caminan por calles y avenidas oscuras en las que camiones y taxis ya no transitan por tanto bache, para llegar a sus casas en las que seguramente pasan semanas sin agua potable.