El Diccionario de la lengua española, antes conocido como Diccionario de la Real Academia Española, es producido, editado y publicado por la Real Academia Española con la participación de la Asociación de Academias de la Lengua Española.
El Diccionario de la lengua española es la obra lexicográfica académica por excelencia. El repertorio empieza en 1780, con la aparición en un solo tomo para facilitar su consulta de una nueva versión, ya sin citas de autores, del primer diccionario de la institución, el llamado Diccionario de autoridades (1726-1739). El de 1780 fue, por tanto, el precedente de la serie de diccionarios usuales que llega hasta hoy.
La presentación de cada actualización del Diccionario de la Lengua Española (DLE) llega todos los diciembres como un sorteo de Navidad en el que, en vez de cantar números, la Real Academia Española lanza una letanía de palabras, voces que entran por primera vez en el DLE, que amplían sus definiciones o que cambian su formulación etimológica. El director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, y la directora de la edición del DLE, Paz Battaner, presentaron esta mañana su actualización en línea 23.6, la sexta cosecha desde la edición de 2017.
¿Qué hay de nuevo en esta actualización? 3.192 modificaciones, 280 artículos nuevos y algunas palabras con encanto. Entran en el DLE portuñol, adjetivo que describe la mezcla entre portugués y español; edadismo, sustantivo que refiere la discriminación por edad; garciamarquiano y cortazariano, adejtivos derivados de Gabriel García Márquez y Julio Cortázar; conspiranoia, palabra compuesta procedente de conspiración y paranoia; pota, voz de uso informal muy clásica equivalente a vómito…
Curatorial, cuarentañero, puntocom, mamitis (en la acepción de apego excesivo a la madre), panetón (y panetone), compango, manguito y micromachismo son otras palabras que ya estaban en el habla natural del idioma español y que sólo ahora entran en el DLE. La categoría de los coloquialismos, siempre muy demandada, incluye las muy extendidas copiota, rular, gusa y la forma compuesta «sesión golfa».
Entre las nuevas entradas hay palabras que serán recordadas por su firma: Javier Marías, antes de morir, promovió la entrada en el DLE de la palabra hagioscopio (apertura pequeña en la pared de una iglesia desde la que ver el altar) y una nueva acepción para el adjetivo sobrevenido como impostado, falso.
La diferencia con el Sorteo de Nacidad es que con la palabras siempre existe la tentación de buscar significados ocultos. ¿Dicen algo las nuevas palabras del DLE de nuestro mundo? Pilar Battaner dijo que no es fácil intuir una hipótesis al respecto pero apuntó un detalle «en los macrodatos, los big data»: la masiva consulta en línea de las palabras vulnerabilidad y sostenibilidad reflejan el espíritu de nuestro tiempo. En 2026, habrá un nuevo diccionario, reelaborado por completo, patrocinado por la Fundación La Caixa y pensado directamente para la consulta en línea. Hasta entonces, que rule.