Johana Acosta Conrado no le agarra el hilo a la política, no entiende que significa ser presidenta del Comité Ejecutivo Estatal de Morena en Quintana Roo, y sin pensar, ni conectar la lengua con la mente se apresura a opinar con opiniones a título personal y en contra de los municipios, haciendo claramente ridículo y dejando claro que ni sus asesores la quieren, si no, la ayudarían más.
La hoy, Presidenta del comité Ejecutivo Estatal de Morena, oriunda de Carrillo Puerto y se ha desempeñado como periodista. Participó en la campaña de la gobernadora Mara Lezama, donde dice que se interesó por la política, y además conocida por ser la pareja sentimental de Mary Hernández, presidenta municipal de Felipe Carrillo Puerto, el cual parece que fue mérito más que suficiente para ocupar el cargo que hoy ocupa.
Como experiencia política, ha dicho que recorrió las 88 comunidades del corazón de la zona maya, muy seguramente en compañía de la actual presidenta para solicitar el voto de los dignatarios mayas, que hoy siguen esperando su regreso o que por lo menos que responda a sus solicitudes en materia de servicios públicos, alumbrado publico, drenaje, agua potable, educación y seguridad.
Acosta también ha declarado que va a unificar al partido. Sin embargo, es ella misma quien ha venido a fragmentarlo, al imponerse como líder, o mejor dicho como anti líder haciendo aportes irrelevantes con sus discursos y posicionamientos insulsos, abusando del poder (No sólo como líder de Morena sino como compañera de la presidenta de Carrillo Puerto) y siendo una sinvergüenza disfrazada de persona ética ya que no cumple con los principios de la 4T de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo.
Además de ella, familiares de las alcaldesas de Morena en Quintana Roo conforman hoy, el Comité Ejecutivo Estatal, cuya designación generó que militantes del partido e incluso AMLO, la tacharan de lacra. Esto, por preservar las prácticas del viejo régimen o como diría Héctor Ortega, fundador de Morena en Quintana Roo, por representar «la culminación de las irregularidades que han habido durante el proceso interno del partido”.
La anti líder morenista, no sólo sostiene una relación con Mary Hernández, sino que está coludida con ella. No es ningún secreto que son unas indeseables en su propio municipio. Ambas, tienen a Carrillo Puerto hundido en la violencia y la pobreza, mientras ellas continúan amasando su fortuna, y haciéndose de autos y casas, realizando fiestas, y viajes en medio de todas las carencias que se tienen en su municipio, haciendo gala de su falta de sensibilidad política y ética.
Congruencia, es lo que falta en estas dos personas, que siendo mujeres, deberían de tomar el ejemplo de todas las demás mujeres políticas valiosas que han abierto brecha en nuestro Estado. Que siendo jóvenes, deberían ser ejemplo de madurez, trabajo y servicio, en lugar de servirse con la cuchara grande a costa del erario público. Ojalá que la militancia, la real, la que se sabe y vive los estatutos del partido, logre recuperar al Comité secuestrado por una niña que pone en peligro la credibilidad de Morena en Quintana Roo.