Los primeros grupos humanos que arribaron al norte de la península de Yucatán se encontraron con una región en la que predominaba la selva tropical espinosa y en la cual no había ríos, pero sí numerosos cenotes, es decir, grandes depósitos subterráneos de agua, producto de la filtración de la lluvia, que en ocasiones podían estar parcial o totalmente cubiertos por la roca caliza que forma la superficie del terreno, y en los que se encontraba el vital líquido en cantidades ilimitadas.
Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) localizaron en la zona arqueológica de Chichén Itzá, Yucatán, un marcador de piedra de Juego de Pelota en forma circular, el cual presenta en bajorrelieve una banda glífica rodeando a dos personajes ataviados como jugadores de pelota. La relevancia del hallazgo radica en tratarse de un elemento escultórico que conserva su texto glífico completo.
Se trata de un disco de 32.5 centímetros de diámetro, 9.5 centímetros de grosor y 40 kilogramos de peso, que fue hallado durante los trabajos arqueológicos que se efectúan como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), a cargo de la Secretaría de Cultura federal.
“El círculo de piedra caliza, que tiene en el borde jeroglíficos mayas y al centro aparecen dignatarios mayas jugando Pok Ta Pok, el juego de pelota precolombino, puede cambiar la historia del sitio al aportar un nuevo elemento que desconocíamos”, manifestó en entrevista Marco Antonio Santos Ramírez, director de la zona arqueológica de Chichén Itzá. Las inscripciones, según dijo el arqueólogo a EFE, podrían ser los últimos jeroglíficos que fueron escritos sobre la antigua cultura del Clásico Tardío (650 al 900 después de Cristo). “La escritura clásica maya cesa, a partir del 900 d.C., durante el esplendor de Chichén Itzá”, aseguró el arqueólogo.
¿Por qué es importante?
El experto explicó que el disco de piedra, «podría ampliar o cambiar lo que se conoce de la cultura maya, ya que al parecer contiene fechas, nombres o acciones que dejaron plasmados los antiguos habitantes de Chichén Itzá”. Si se empezara armar un libro de cientos de páginas, “el disco con jeroglíficos que parece del Periodo Clásico Tardío podría ser un nuevo texto para ampliar el conocimiento de la cultura ancestral”.
“En este sitio maya es raro encontrar escritura jeroglífica y menos un texto completo; desde hace más de 11 años que no ocurría”, destacó el arqueólogo Francisco Pérez Ruiz, encargado del Promeza, al explicar que el monumento hallado funcionó como marcador de algún evento importante relacionado con el Juego de Pelota de Casa Colorada, una cancha mucho más pequeña que el Gran Juego de Pelota de Chichén Itzá. El investigador estima que este marcador de Juego de Pelota debe corresponder al periodo Clásico Terminal o Posclásico Temprano, entre finales de los años 800 y principios de 900 d.C.
¿Dónde lo hallaron?
El disco se encontró hace unas semanas en la Estructura Morley, nombrada así en honor al arqueólogo estadunidense Sylvanus Morley que restauró Chichén Itzá después de la Primera Guerra Mundial. Esa estructura, que se ubica exactamente en la zona conocida como Casa Colorada, a unos metros al sur del Castillo de Chichén Itzá, también guardaba en su interior orejeras y glifos sobre piedras que, al juntarlos, reflejaba a Kukulcán. Actualmente, el disco de jeroglíficos está en investigación, “bajo el cuidado de epigrafistas, como David Stuart de una universidad de Estados Unidos”.
El director de Chichén Itzá comentó que el disco fue nombrado La Piedra Pérez, “para darle crédito a su descubridor”. El INAH señala, por su parte, que el Disco de los Jugadores de Pelota, fue encontrado por la arqueóloga Lizbeth Beatriz Mendicuti Pérez, dentro del conjunto arquitectónico ubicado entre el Osario y el Observatorio-, como parte de la Estructura 3C27, la cual corresponde a un arco de acceso al área. Mendicuti Pérez detalló que el monumento se encontró en posición invertida, a 58 centímetros de la superficie, lo que sugiere que formó parte del muro este del arco mencionado, y su posición final se debió al derrumbe del mismo.
¿Qué representa?
La arqueóloga detalló que se trata de un disco compuesto por roca de origen sedimentario, reconocida por la geógrafa Arlette Herver Santamaría. La banda glífica, presente en la cara frontal, mide aproximadamente seis centímetros de ancho, la cual rodea un registro interior iconográfico de 20 centímetros de diámetro: el estudio iconográfico y epigráfico, encabezado por el arqueólogo responsable, Santiago Alberto Sobrino Fernández, ha identificado a dos personajes ataviados como jugadores de pelota, de pie, frente a una pelota.
“El personaje a la izquierda porta un tocado de plumas y una banda que presenta un elemento en forma de flor, probablemente un lirio acuático. A la altura del rostro se distingue una voluta, la cual puede interpretarse como aliento o voz. El contrincante porta un tocado reconocido como ‘turbante de serpiente’, cuya representación se observa en múltiples ocasiones en Chichén Itzá. El individuo usa protectores de juego de pelota. La banda epigráfica se compone de 18 cartuchos con una fecha de cuenta corta 12 Eb 10 Cumku, la cual apunta, tentativamente, al año 894 d.C.”
Otro hallazgo en Chichén Itzá
En la conferencia matutina presidencial del lunes 10 de abril, desde Palacio Nacional, Diego Prieto Hernández, dio cuenta de un par de hallazgos en la zona arqueológica de Chichén Iztá: el disco ya mencionado y una “interesante cabeza de serpiente” de la que no se conocen más detalles. En esta zona arqueológica, y como parte de los trabajos del Promeza, también se construyen otras obras que formarán parte de los atractivos a visitar con la puesta en marcha del Tren Maya. Uno de ellos es un hotel que se ubicará a 2 kilómetros del sitio arqueológico, fuera de la zona protegida de monumentos. Ya dentro de la zona estarán el Centro de Atención a Visitantes (Catvi) y el Museo de Sitio, cuyos trabajos llevan 12 y 15 por ciento de avance, respectivamente