El ingeniero Shane Wighton ha conseguido lo que parecía imposible: una canasta en la que siempre encestas.
Da igual que el tiro vaya fuerte o flojo, que salga desviado, que lances con los ojos cerrados, de espaldas, desde 30 metros… En esta canasta en la que nunca fallas el tiro, el balón siempre termina atravesando el aro.
Quizá pienses que el truco está en que el propio balón tenga algún tipo de dron para dirigirlo a la canasta, pero es justo lo contrario: la canasta se coloca en el sitio exacto para que el balón enceste. Sin importar lo malo que sea el tiro.
Shane Wighton reconoce que ha construido la canasta que nunca falla solo para impresionar a su mujer. Y lo cierto es que se trata de una obra de ingeniería muy compleja, que le ha costado muchos días de duro trabajo.
Shane lleva mucho tiempo creando canastas en las que es casi imposible fallar. Hace tiempo construyó una con un tablero curvo que dirigía la pelota hasta el aro. También tuvo la idea de mover el tablero para orientar la bola.
Pero estas versiones preliminares tienen un problema: solo funcionan si el balón toca el tablero. Y no garantizaban el acierto, aunque si multiplicaban las opciones de encestar.
Ahora ha optado por usar tecnología punta, sensores de movimiento e inteligencia artificial, para crear la canasta en la que nunca fallas. Y está tan seguro de que funciona, que pagará 1.000 dólares a todo aquel que falle un tiro que vaya hacia la canasta. Puedes ver cómo funciona en este vídeo:
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Como vemos, ha construido una canasta que se mueve en todas las direcciones, en un espacio tridimensional que ocupa más de 9 metros cuadrados. Y además, lo hace a una velocidad endiablada: nada menos que 160 Km/h.
Cuando lanzas un tiro que se acerca al menos a 3 metros de la canasta, da igual la dirección o la fuerza, una IA calcula la parábola del balón, que tiene sensores de seguimiento, y mueve la canasta para colocarla justo debajo de la pelota, encestando el tiro.
Construir esta ingeniosa máquina no fue sencillo. El tablero se mueve mediante poleas manejadas por 8 motores independientes de 8 CV de potencia. Para alimentar estos motores tuvo que construir un cuadro eléctrico a medida.
Como vemos en el vídeo, el resultado es espectacular. Tiros con los ojos vendados, de espaldas, haciendo flexiones… Por malos que sean, si caen cerca de la canasta terminan cruzando el aro.