Un hombre armado abrió fuego el lunes 13 de febrero por la noche en el campus principal de la Universidad Estatal de Michigan. Tres personas fallecieron y cinco resultaron heridas. Según la Policía, el sospechoso murió aparentemente por un disparo autoinfligido. Otro tiroteo mortal en Estados Unidos. Un asaltante abrió fuego en la noche del lunes 13 de febrero en el campus de la Universidad Estatal de Michigan. Según la policía local, al menos tres personas murieron y cinco resultaron heridas.
Las fuerzas de seguridad registraron la escena en busca del sospechoso, quien habría actuado solo y murió aparentemente por un disparo autoinfligido. Si bien se dieron a conocer pocos detalles de inmediato, el oficial de policía de la Universidad Estatal de Michigan, Chris Rozman, aseguró que los disparos se realizaron en dos edificios separados.
La Policía, atendiendo las llamadas de emergencia, llegó al lugar y encontró a las víctimas en los dos lugares, agregó Rozman durante una rueda de prensa televisada aproximadamente tres horas después del incidente. Además, confirmó que al menos cinco personas fueron trasladadas al hospital, algunas de ellas en estado crítico. La policía universitaria anunció más tarde en Twitter que al menos tres personas habían muerto.
¿Qué se sabe del presunto asaltante?
La Policía publicó fotos del sospechoso en las que se ve un hombre afroamericano de corta estatura que vestía una chaqueta de ‘jean’, zapatos rojos y una gorra de béisbol. Las fuerzas de seguridad llegaron rápidamente a la escena y ordenaron a los estudiantes y al personal del campus que se confinaran. La universidad suspendió toda actividad durante 48 horas.
«Esta noche abracemos a la comunidad espartana», tuiteó la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer. Una alusión al logo de la universidad: un casco de guerrero griego. Estados Unidos paga un precio alto por la proliferación de armas de fuego en su territorio y la facilidad con la que los Estadounidenses tienen acceso a ellas.
El país tiene más armas individuales que habitantes: uno de cada tres adultos posee al menos un arma y casi uno de cada dos adultos vive en una casa donde hay un arma. Una de las consecuencias es la altísima tasa de muertes por armas de fuego en Estados Unidos, sin comparación con otros países desarrollados.