Estudios científicos han comprobado que a la mayoría de los niños le encantan las bebidas artificiales como los refrescos, incluso más que las golosinas. Y como padres cometemos el error de complacerlos sin saber cuán dañino puede ser para su salud.Debemos tener presente que la manera más eficaz de educación es con el ejemplo, no debemos predicar lo que no practicamos. Los niños son unos grandes observadores, así que no debemos confundirlos con nuestras acciones.
El cambio de hábito debe comenzar por los más adultos. Si los más pequeños observan un mayor consumo de agua y zumos naturales por parte de sus progenitores, aumentan las probabilidades de que adopten esta misma conducta con mayor facilidad. El consumo de refrescos es un problema en México, pues de acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), este es el país que más productos de este tipo consume en el mundo. Lo cual aumenta el riesgo de sobrepeso u obesidad debido al consumo excesivo de azúcares en niños, jóvenes y adultos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la obesidad es un problema de salud pública, pues más de cuatro millones de personas mueren anualmente por causas relacionadas con el sobrepeso y la obesidad. Además, desde 1999 se observó un incremento en estas enfermedades en toda la población de México, principalmente en las mujeres en edad reproductiva y los residentes de las zonas rurales.
Sin embargo, de acuerdo con la PROFECO, una de las principales problemáticas relacionadas con el consumo de refrescos por parte de los niños son las altas concentraciones de cafeína, azúcar y edulcorantes que se encuentran en estas bebidas. Esto debido a que el consumo de las mismas puede generar: episodios de hiperactividad, ansiedad, alteraciones en el sueño, etc.
¿Qué refrescos son los más dañinos para los niños según la PROFECO?
En su más reciente estudio la PROFECO analizó 46 refrescos diferentes, con el fin de hacer del conocimiento público sus ingredientes y los posibles daños a la salud que podrían causar, particularmente, en los niños. De esta manera, descubrieron que la mayor parte de los refrescos analizados tenían una alta concentración de azúcares y edulcorantes, por lo que no son aptas para los más pequeños.
Desgraciadamente, de todos los productos, aquellos que tenían una concentración de azúcares y edulcorantes no calóricos más alta fueron:
Sidral Aga: 200 gramos de azúcar por 2 litros
Jarritos: 150.6 gramos de azúcar por 2 litros
Barrilitos: 86 gramos de azúcar por 2 litros
Dr. Pepper: 70.2 gramos de azúcar por 600 mililitros
Red Cola: 57 gramos de azúcar por 600 mililitros
Jumex Naranjada Frutzzo: 52.2 gramos de azúcar por 600 mililitros
Orange Crush: 51.6 gramos de azúcar por 600 mililitros
Sangría Señorial: 46.5 gramos de azúcar por 355 mililitros
Mirinda: 31.8 gramos de azúcar por 600 mililitros
Squirt: 31.2 gramos de azúcar por 600 mililitros
Valle Naranja&Nada: 31.2 gramos de azúcar por 600 mililitros
Coca Cola Original: 26.6 gramos de azúcar por 355 mililitros
Pepsi: 26.6 gramos de azúcar por 355 mililitros
A esta lista se añaden los siguientes refrescos, los cuales a pesar de tener menores cantidades de azúcar siguen sin ser aptos para los niños según la procuraduría:
Sunkist
Tonicol
Búho
Zing
Sprite sin azúcar
Sisi
Red Cola Light
Pepsi Black
Peñafiel Light
Golden Hills
Dr Pepper Light
Coca Cola Light
Brillante Tehuacán
Aurrera
Sprite
Sidral Mundet
Schweppes
San Benedetto Zero
Manzanita Sol
KAS
Fresca
Fanta
Delaware Punch
¿Qué bebidas si son aptas para los más pequeños?
La PROFECO recomienda a los padres de familia evitar el consumo de estos refrescos y elegir opciones más saludables como agua, jugos naturales o té sin azúcar. Además, sugiere leer cuidadosamente las etiquetas de los productos para conocer su composición y elegir aquellos que tengan menos azúcares y aditivos.
Aún así, entre los 46 productos analizados algunos podían ser aptos para niños. Estos son:
Yoli
Senzao Guaraná
San Pellegrino
Peñafiel sabor naranja
Chaparritas
Ameyal
Freelife