Hemos visto esos vídeos de broma en Youtube antes, mostrando los perros detrás del volante o incluso la misma escena de alguna película de acción, pero hasta ahora sabíamos que no eran de verdad. Lo que el futuro alguna vez predijo fueron auto voladores y aunque casi estamos cerca de llegar a él, también hay un giro inesperado donde existen perros conductores, aunque cueste creerlo, hace algunos años se hizo viral el vídeo de varios perros conduciendo en un circuito cerrado.
Monty, Ginny y Porter fueron los caninos capturados por las cámaras donde se podía observar su gran manejo detrás del volante, incluso lo dominaba tan bien que lograron tomar una curva de 180 grados, además de que podían cambiar la velocidad y estacionarse sin problemas.
Aunque se espera saber cuál es el truco, es que formó parte de una campaña contra el abandono de mascotas orquestada por la Real Sociedad de Nueva Zelanda para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (SPCA). El propósito de la publicidad no era saber la seguridad y facilidad que tenía el auto, sino que era mostrar conciencia de que los animales pueden llegar a ser muy inteligentes, dispuestos a realizar diferentes tareas que se les indique a través de paciencia y amor, como lo es el aprender a manejar.
La preocupación de esta asociación era la cantidad de mascotas que cobijan anualmente, que es aproximadamente 37,000 animales callejeros a los que salvan e intentan encontrarles una familia el cual los adopte, muchas veces la gente prefiere un cachorro o un animal de “raza” para que pueda aprender y acoplarse a su nueva casa, pero justamente la campaña trata de visibilizar la capacidad de cualquier perro en poder ejecutar tareas aunque no sean recién nacidos.
¿Cómo lograron hacer que las mascotas condujeran?
Pareciera que fue un truco o hasta un montaje pero la realidad es que el MINI Countryman Cooper S fue adaptado para que los caninos pudieran realizar las diez tareas básicas, como, poner en marcha, frenar, girar y acelerar. En el vídeo se muestra que el volante tiene una funda rugosa para que las patas no se resbalen; también las funciones como encender el coche es con un botón y no con una llave al igual para llegar al freno y los pedales se tuvo que adaptar un mecanismo de pulsación con las patas.
El entrenamiento que llevaron los perros es de siete semanas, en las cuales los primero pasos es mostrarles los botones adecuados y que ellos solo pudieran presionarlos cuando se les indicara, una vez aprendida la secuencia de movimientos los peludos amigos conducen un carro con ruedas en recintos cerrados para probarlos, una vez que lo han logrado, ellos pueden hacerlo pero con ayuda de sus instructores que les indican que botones deben presionar y ellos solos comenzar a ser los reyes del volante.