La lluvia es sinónimo de esperanza entre los campesinos del Mayab, quienes dependen del vital líquido para ver cumplida la promesa de abundancia que genera la siembra, razón por la cual su comportamiento cultural frente a este fenómeno natural es diferente al que se conceptualiza en la ciudadResulta que en la ceremonia ancestral por ofrendar las gracias a los dioses mayas por los logros de cosecha de maíz del ciclo pasado aprovecharon para realizar el Mamanchac por la ausencia de las precipitaciones pluviales dio a conocer el sacerdote maya Felipe Poot Chan aprovechó para invocar que llueva y que los dioses deben bendecir el cuerpo de lluvia para humedecer la región chenera y pronto inicie las siembras de maíz.
«Una práctica que no falla ante los ojos de nuestro creador y sabe que estamos padeciendo las inclemencias del tiempo y lo peor que nadie ha sembrado desde la calabaza chihua, el maíz nativo maya entre otra variedad siembras de época y el tiempo no se presta porque no llueve» dijo al mencionar los cuatro puntos cardinales Nohol, Xaman. Chikin y Lakin Norte, Sur, Este y Oeste, pidió clemencia para que llueva de una buena vez y para ello bendijo los montes y los cantos en ceremonia para ser escuchado.
La comida de monte anunciado por el patrón, Jorge Cahuich Cahuich ,dijo haber logrado 7 hectáreas de milpa en el ciclo anterior y se logró hasta 5 toneladas por hectárea y esta vez quiere superar la meta del año anterior, pero por la prolongada sequía desfavorece invertir, pues solo la semilla cuesta tres mil pesos la bolsa para una hectárea y el fertilizante su costo es mayor que la semilla, mover la tierra son mil pesos por pasada y los líquidos aparte cuando se vaya a sembrar otro costo.
Don Felipe Poot Chan dijo que cada pueblo ya están pidiendo que se realice el Mamanchac para pedir la lluvia, en la comunidad de Chunyaxnic se reúne el pueblo para hacer un solo ritual a veces preparan hasta 6 pavos, gallinas, los Tutes, el Sacab con su miel y cacao revuelto, el Balché, corteza de árbol la convierten en vino y se consagra para beber y los cigarros con una botella de licor en la mesa así como las velas encendidas y el humo del incienso purifica el cuerpo al momento de la ceremonia.
Entre los presentes ayudan a elaborar los sagrados alimentos de la región maya, hombres como don Miguel Cahuich, el patrón, Jorge Cahuich Cahuich entre otros. Saben que es una tradición realizar esta ceremonia para ofrendar lo que se cultiva en la tierra un costumbre que según los montes y los montículos mayas existe los duendes o Aluxes que son los cuidadores y cuando no se cumple existe castigos que se impone con la familia indicó el sacerdote maya.