En su adolescencia, Meryl Streep sueña con ser cantante. Pero tras descubrir el teatro se inscribe en la Universidad de Yale para estudiar Arte Dramático, y posteriormente pasa a formar parte del Phoenix Repertory Theatre de New York. Aparece por primera vez en el cine en ‘Julia’ (1977), de Fred Zinnemann, y un año después aparece en ‘El cazador’. La actriz aceptó participar en la película de Michael Cimino con un papel secundario para estar al lado de su pareja en aquel momento, John Cazale, que padecía cáncer de huesos. Por este role recibe una nominación al Oscar a la Mejor Actriz de Reparto y se alza con un Emmy por la serie de televisión ‘Holocausto’. En 1980, Meryl Streep se hace con la preciada estatuilla a la Mejor Actriz de Reparto por su interpretación en ‘Kramer contra Kramer’.
La actriz Etadounidense Meryl Streep (Summit, Nueva Jersey, 73 años) es la ganadora del premio Princesa de Asturias de las Artes 2023, que este año alcanza su edición 43ª. En las últimas décadas, Streep se ha convertido en, sencillamente, la actriz, figura de prestigio mundial, especialmente en la gran pantalla. Y los premios reafirman esta sensación popular: tiene tres Oscar (el último, dando vida a Margaret Thatcher en La dama de hierro), además de haber competido por ese galardón en otras 18 ocasiones; tres Emmy; dos Bafta, el Donostia del festival de San Sebastián y el de mejor actriz de Cannes por Un grito en la oscuridad.
Según el acta del jurado, “a lo largo de cinco décadas, Meryl Streep ha desarrollado una carrera brillante, encadenando interpretaciones en las que da vida a personajes femeninos ricos y complejos, que invitan a la reflexión y a la formación del espíritu crítico del espectador”, que también destaca “la honestidad y responsabilidad en la elección de sus trabajos, al servicio de narrativas inspiradoras y ejemplarizantes”, y su empeño en ser “activista incansable a favor de la igualdad”.
Su presencia no ha disminuido en la pantalla, aunque fuera sumando años, y ha alimentado la leyenda apuntándose a taquillazos como Mamma mia! o, pendiente de estreno, a la tercera temporada de la serie Solo asesinatos en el edificio. Su última película fue para Netflix, en la que encarnaba a la presidenta Orlean en No mires arriba (2021). Jugando a la comedia, ha sabido dejar atrás el aura de actriz intensa, de la reina de la comedia, que le ha acompañado desde hace décadas. Ella misma es consciente de que el lema de mejor actriz viva de Hollywood puede llegar a cargar (Sharon Stone se despachó contra ella hace poco a cuenta de este posible sambenito). Al recoger su tercer Oscar, en 2012, explicó: “Cuando dijeron mi nombre sentí que podía escuchar a media América diciendo: ‘Oh, no. Ella, otra vez”. Es la única intérprete que ha superado las dos decenas de candidaturas a estas estatuillas. Y una marca registrada, por ella misma, en la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos desde 2018.
Por sus ideas progresistas, el entonces presidente Donald Trump también la convirtió en objetivo en Twitter, definiéndola como “lacaya de Hillary” y “una de las actrices más sobrevaloradas”. El discurso se hizo viral y elevó aún más la categoría moral de Streep. En la promoción de Los archivos del Pentágono, de Steven Spielberg, respondía: “Podemos ser percibidos como frívolos, con nuestros nombres escritos con grandes letras iluminadas. Todo eso, la parte más tonta de nuestro trabajo, nos convierte en idóneos para ridiculizar. Pero ahora asistimos a una coalición de Hollywood con otros muchos grupos desautorizados por el presidente. Con la comunidad artística, con los medios… Eso va a ser una alianza muy poderosa”.