El mundo del ajedrez profesional está de cabeza, tanto que ya hay gente que ve como solución que los jugadores estén desnudos para evitar trampas… lo cual tampoco sería garantía
¿Estrategia para ganar de manera ilegal o una caza de brujas? El campeón del mundo de ajedrez Magnus Carlsen desencadenó una tormenta de sospechas al acusar a uno de sus rivales de haber hecho trampas durante una partida.
El francés Alireza Firouzja ganó la Sinquefield Cup en Estados Unidos, pero los focos no se dirigieron hacia él. En un mensaje en Twitter el noruego Carlsen había agitado el mundo del ajedrez.
«Me retiro del torneo, siempre he disfrutado jugando en el club de Saint Louis y espero regresar», escribió el cinco veces campeón mundial tras su derrota inesperada en la tercera ronda el cinco de septiembre frente al estadounidense Hans Niemann, de 19 años, 43º jugador mundial e invitado de último minuto a la prueba.
Y luego de su escrito, empezaron a llover acusaciones de trampa. Y la más popular, relacionada con un insólito método: bolas anales.
En su mensaje publicado en redes sociales, Carlsen añadió un vídeo de 2014 que mostraba al entrenador portugués José Mourinho, entonces al frente del Chelsea: «Prefiero no hablar, si hablo voy a tener graves problemas», señalaba en una entrevista posterior a un partido después de que su equipo perdiera y él fuera expulsado. La acusación es sibilina, pero trajo consecuencias: la organización del torneo decidió a continuación atrasar 15 minutos la difusión de las partidas e hizo un examen a los jugadores con un escáner de radiofrecuencia.
¿Bolas anales lo hicieron perder a Carlsen?
El jugador estadounidense Hikaru Nakamura, muy seguido en la plataforma de vídeo en directo ‘Twitch’, acusó a Niemann de hacer trampas. Y la primera plataforma mundial de ajedrez en línea, Chess-com, prohibió la cuenta de Niemann. Este jugador ha tenido una aceleración fulgurante, convirtiéndose en uno de los que más puntos ganó en la clasificación mundial desde 2021.
Ahora, en cuanto a la reciente polémica con Carlsen, el más loco de los rumores, que Niemann se introdujo un microchip en el trasero, provocó la atención del propietario de Tesla, el multimillonario Elon Musk, que adaptó una cita atribuida al filósofo Arthur Schopenhauer en un tuit.
«El talento alcanza un objetivo que nadie más puede alcanzar. El genio alcanza un objetivo que nadie puede ver (porque está en tu culo)», escribió el magnate.
Al respecto, el portal español ‘La razón’ explica: «La mecánica de la trampa sería simple: un cómplice que estuviera viendo en vivo el partido (como efectivamente se estaba transmitiendo), podría simular el juego real en una computadora y ver los movimientos de esta. Posteriormente, a través de las vibraciones, podría “avisar” al supuesto tramposo cuáles serían los movimientos sugeridos. Las bolas anales fácilmente pasarían cualquier control de seguridad.
Otra hipótesis fue una posible fuga de la estrategia de Carlsen, preparada por su equipo, que hubiera llegado a manos de Niemann. Desde que escribió su polémico tuit, Carlsen ha guardado silencio y no hay pruebas de las posibles trampas.
Reacciones de los implicados
Varios participantes en el torneo han apoyado a Niemann, como el francés Maxime Vachier-Lagrave, lamentando el efecto ‘caza de brujas’, o «la paranoia», según el estadounidense Levon Aronian. La leyenda del ajedrez Gary Kasparov acudió en auxilio del joven gran maestro estadounidense y pidió a Carlsen que cambiara de opinión tras su retirada, «un acto sin precedentes desde hace 50 años», subrayó en Twitter.
«Sé que soy limpio, si quieren que me desvista completamente lo haré, me da igual», señaló Niemann en una entrevista posterior a la partida en la televisión del club de ajedrez Saint-Louis, que organiza el torneo. El estadounidense terminó séptimo de nueve el torneo, partiendo con la clasificación mundial más baja. Solo consiguió una victoria, con dos derrotas y cinco empates.