Este 14 de noviembre es el día mundial de la diabetes, enfermedad crónica que padecen 442 millones de personas en el mundo, la mayoría residentes en países de medianos y bajos ingresos según la OMS. Este trastorno metabólico, cada vez más frecuente, se produce por los elevados niveles de glucosa en la sangre (mejor conocido como nivel de azúcar en sangre) que deteriora severamente los riñones, el corazón, los ojos, los nervios y otros órganos cuando no se trata oportunamente.
El avance de la diabetes en la población es una preocupación central de los sistemas sanitarios de todas las latitudes, a tal punto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la catalogó como la gran epidemia mundial del siglo XXI. Impulsada por cambios culturales que asentaron conductas sedentarias y malos hábitos de alimentación, esta enfermedad se propaga al punto de estar ya entre las 10 principales causas de muerte a nivel global.
Se estima que en el mundo viven más de 450 millones de personas con diabetes y lo más preocupante son las estimaciones para los próximos 25 años que indican un incremento en alrededor de un 50% debido al envejecimiento de la población, pero también al incremento de sobrepeso y obesidad de nuestras sociedades. En la Argentina aproximadamente una de cada 10 personas adultas presentan diabetes y lamentablemente, al tratarse de una enfermedad habitualmente asintomática, muchas no lo saben. Según estimaciones del Ministerio de Salud, cerca del 40% de los diabéticos desconoce su condición.
Al ser una enfermedad crónica, la diabetes acompaña a los pacientes durante gran parte de su vida. Esta patología se caracteriza por presentar altos niveles de azúcar en sangre debido a trastornos en la acción o producción de insulina también se puede producir durante el embarazo lo que se conoce como diabetes gestacional y en menor proporción como consecuencia de otras enfermedades o la toma de algunos medicamentos.
Ponerle un freno a la creciente incidencia de esta patología es un objetivo primario de las autoridades sanitarias y por eso, desde 1991, cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, en el que se apunta a difundir las pautas de prevención y cuidado para hacerle frente. Entre ellas, hay tres pasos principales: controles periódicos, buena alimentación y mantener una vida activa.
El impacto en el corazón
La glucemia elevada en sangre y otros factores de riesgo que comúnmente se asocian a la diabetes, como la hipertensión arterial o el colesterol elevado, favorecen al daño tanto de las arterias como del músculo cardíaco incrementando el riesgo de desarrollar diferentes complicaciones cardiovasculares, como infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardíaca e inclusive trastornos del ritmo cardíaco.