Es así como excéntricos en todo el mundo, han hecho las peticiones más rebuscadas para sus funerales. La última voluntad consiste en el conjunto de deseos postreros formulados por una persona antes de morir, con el objetivo de que sean cumplidos por los familiares o seres queridos tras su muerte. Representa un propósito que puede abarcar desde los cuidados finales del cuerpo antes de morir, en el momento en que se produce la muerte y posteriormente cuando el cadáver debe ser preparado para las honras fúnebres.
Vestir de blanco en el funeral o no llorar por mucho tiempo son algunas de las peticiones de las personas antes de morir. Sin embargo, un monumento al pene en el lugar donde su cuerpo vaya a ser enterrado no es uno de los deseos más usuales.
Catarina Orduña Pérez, una mujer de 99 años de Veracruz, México, le expresó esta petición a su familia repetidas veces antes de morir.
La estructura pesa 272 kilogramos y mide más de un metro de largo.
Según le comentó su nieto al medio ‘Vice’, la mujer era una persona de mente abierta y por eso quería “romper el paradigma de todas las cosas mexicanas” con esta estructura que es poco usual.
Sin embargo, la elección de ese órgano en particular también tiene que ver con una mentalidad que ‘Doña Cata’, como era conocida en la comunidad, tenía sobre la vida.
Al parecer, la anciana le decía a su familia que eran “la verga”, como recuerda su nieto, y esto quería decir que podían alcanzar todo lo que quisieran en la vida, que siempre debían aspirar a cosas más grandes y nunca rendirse.
Cuando en un comienzo ‘Doña Cata’ le había comentado a su familia sobre su petición, la mayoría pensó que se trataba de una broma. Sin embargo, cuando la anciana ya se sentía cercana a su muerte, le recordó a su nieto que esto era importante para ella.
“Me dijo que era su deseo para que nadie la olvidara y que de esta manera sería más fácil recordar todo lo que amamos de ella”. Así que, después de su muerte en enero de 2021, la familia se comprometió a conseguir un equipo que pudiera crear la estructura que necesitaban.
El proceso tardó más de 12 meses y un grupo de 12 hombres que trabajaron junto con Isidro Lavoignet, un ingeniero que cuando le llegó la propuesta también pensó que era una broma.
En un comienzo la figura se dañó cuando fue trasladada a la tumba, por lo que fue necesario comenzar de nuevo. Pero ahora, oficialmente, el lugar de descanso de ‘Doña Cata’ está adornado tal y como ella quería.